martes, octubre 31, 2006

Los inicios. 1ª parte.

La primera experiencia fue totalmente sensitiva. Fue en 7º de EGB. En un colegio de curas y sólo de chicos. Íbamos con uniforme. Nuestros pantalones eran sugerentes, por decirlo de alguna manera. No sabría decir de qué material estaban hechos, pero entre lycra y algodón. No sé. El caso es que se ajustaban muy bien a nuestros cuerpos y remarcaban aún mejor nuestras formas. Especialmente los traseros.
Un día, en nuestra clase, en un momento de descanso, estaba yo en uno de los estrechos pasillos que separaban las filas de mesas. De repente, pasó un chico por detrás mío y nuestros culos se rozaron... Nunca había sentido el placer de recibir las formas de un culo (prieto por los calzoncillos y los pantalones) contra el mío. Esas nalgas duras, fuertes, redondas rebotando contra las mías fue un instante en el tiempo que aún hoy recuerdo.
Aquel contacto, de lo más inocente, despertó en mi toda clase de sensaciones desconocidas hasta entonces.


Fue en ese mismo año, cuando con mi grupo del verano empezamos a descubrir más cosas...
La verdad es que sin proponérnoslo, empezamos a encontrar excusas de cualquier tipo para meternos mano. Ya fuera en el agua, por debajo del bañador, o en cualquier otro lugar más vestidos. Siempre con la excusa de la broma, del buen rollo, pero siempre también todos dispuestos a encontrar la manera de empezar a descubrir sensaciones nuevas y placenteras. Algunas de estas experiencias son olvidadas con el tiempo por muchos, disimuladas por otros, y en mi caso, guardadas en la retina de la memoria sensorial esperando volver a repetirlas quién sabe cuando…

lunes, octubre 30, 2006

Bisexualidad

Desde que tengo uso de razón, y ya son unos cuantos años, que he sentido debilidad por los culos. Por los buenos culos, tanto masculinos como femeninos. Así que siempre supe que era bisexual. No soy de esos que se dio cuenta un día por casualidad. Pienso que la mayoría de las personas somos bisexuales, por más que acepto que puedan haber excepciones. En cualquier caso, está comprobado científicamente que ya en el útero materno tardamos en definir nuestra sexualidad y que en la infancia no escojemos un camino u otro hasta unos años después. Aún así, siguen existiendo infinidad de hombres que bajo el pretexto de la virilidad lo niegan rotundamente. El sector femenino es otra cosa. El hecho que en cualquier película porno existan escenas lésbicas, creo que contribuyeron decisivamente a su normalización. No es raro hoy en día ver a dos amigas pegarse el lote tranquilamente para probar, divertirse o hacer la coña. Y existen infinidad de contactos donde una pareja heterosexual busca una tercera para ella, o para los dos. Está muy aceptado socialmente como juego, seguramente también porque a los hombres nos vuelve locos ver gozar a dos mujeres...
En cualquier caso, y antes de proseguir, debería aclarar qué son para mi los buenos culos. Para gustos, colores, pero en mi caso se reduce a:
Culo respingón, es decir, una buenas nalgas, redondas, sin vello y si es posible con la raja bien larga.
Son mi perdición.

Introducción

Después de meditarlo poco profundamente, me he decidido a plasmar cada una de las experiencias homosexuales que vaya teniendo a partir de ahora. El morbo de plasmarlo y que pueda ser leído por otras personas me pone muy cachondo.
Estoy seguro que muchos podrán sentirse identificados con cuanto vaya sucediendo a partir de ahora.